Dedalus and Arianna

Cuando Mario Principe oyó hablar de los CEE por primera vez, no muchas personas los conocían. En ese momento trabajaba en una empresa farmacéutica. Años más tarde llegó a ser sindicalista a tiempo completo. Hoy, entre otras cosas, Principe se ocupa de comités de empresa europeos. «Observar las dinámicas de las relaciones industriales de cerca, a nivel transnacional, ayuda a ampliar los horizontes.», afirma.

¿De qué están compuestos estos horizontes?

De potencial. No obstante los evidentes pasos para adelante que ha hecho en los últimos tiempos, el sindicato sigue padeciendo cierto localismo, mientras que las multinacionales se mueven con agilidad en el escenario mundial. Por tanto, hay que actuar para un cambio de mentalidad y de estrategias. Oímos hablar mucho de negociación transnacional. Creo que es el tema por excelencia que implica muchos otros. Empezando por el modelo sindical al que queremos encargar este importante cambio. Deberíamos ponernos de acuerdo sobre temas que podrían llegar a ser el objeto de negociación y tal vez insistir para que la CES asuma un papel de más coordinación. Todo esto estimula nuestras previsiones para el futuro de manera muy positiva, pero atención a no dejar de lado las herramientas de las que ya disponemos.

¿Te refieres a la información y la consulta?

Son y serán dos presupuestos fundamentales, para el correcto funcionamiento de los CEE. Donde no se proporciona información o donde las ocasiones de consulta parecen angostas, hay que exigirlas. Conocer significa entender. Solamente a través de la comprensión podemos mantenernos a la cabeza del juego, en un intento de influir sobre las elecciones de los grandes Grupos. En una de las empresas farmacéuticas de las que me ocupo, el CEE, junto con la dirección, ha logrado definir un pacto de responsabilidad social sobre la conciliación de los tiempos de vida y de trabajo. En el documento se puede leer que el tiempo parcial es un derecho. Y bien, esta pequeña conquista ha tenido importantes repercusiones en las empresas y ha mejorado el bienestar de los empleados.  

¿Qué piensas de la relación entre CEE y sindicato?

Creo que el papel de los CEE ha sido subestimado por mucho tiempo. Como sindicalista me siento responsable. Los comités de empresa, por otra parte, tienen una función central. Son portadores sanos de experiencias innovadoras. Incluso las multinacionales lo saben. Por suerte, nuestra concepción de los CEE ha cambiado mucho a lo largo del tiempo. Yo noto una conciencia diferente. En este proceso de sensibilización sobre las temáticas internacionales no subestimaría, además, el papel de los trabajadores. Con respecto al pasado podemos contar con una platea más escolarizada, más proclive a captar las relaciones de causa-efecto entre lo que se decide en Bruselas y lo que sucede en cada territorio. En el sector del que me ocupo yo, esto es evidente. Si el sindicato no llega a tiempo, los trabajadores llaman la atención sobre determinados procesos.