Dedalus and Arianna

Giuseppe Iuliano muchas veces usa la palabra “contar” cuando nos habla de su trabajo. “Queremos contar sobre el sistema de relaciones laborales… Contemos sobre el movimiento sindical europeo…” Y es un buen narrador, de éstos que al describir a un protagonista te permiten también entender todo el contexto. Y nuestro tema son los CEE.

¿Dónde ocurre esta historia?

En un mundo después de la caída del Muro de Berlín. Tras la eliminación de barreras aduaneras, globalización de los mercados. Las multinacionales empiezan el proceso de deslocalización de la producción a los lugares donde los costes de trabajo son menores. Es una transformación crítica. En este fondo se llevan a cabo las primeras pruebas de internacionalización del movimiento sindical.

¿Cuáles son tus experiencias relacionadas con el trabajo en Cisl?

Cuando pienso en esos años, se me ocurre Belo Horizonte, en Brasil. La compañía Fiat construyó allí su planta. Luego lo mismo hizo en Argentina y Polonia. Sabíamos que los trabajadores en esos países tendrían menor protección de sus derechos. Y por eso se estableció un comité de coordinación, además, en Belo Horizonte fundamos un centro de formación, en frente de la sede de Fiat. El desarrollo del movimiento sindical local fue nuestra respuesta a la expansión de la multinacional. El centro se llama “7 de Outubro” y existe hasta el día de hoy. Las cuestiones relacionadas con aquella experiencia de hace veinte años fue apenas un adelanto de los problemas con que nos encaramos ahora.

¿Somos capaces de hacer un paso cualitativo más?

Creo que es necesario. Debemos demandar negociaciones colectivas a nivel internacional. Nuestro objetivo es crear un sindicato internacional. Desde este punto de vista, los CEE son una estructura interesante capaz de mejorar nuestras capacidades de negociación. Creo que debe reforzarse la representación de los trabajadores dentro de los comités. Pero dichos derechos, cuando sean obtenidos, no podrán concederse solo a los CEE. Deberán extenderse también a las organizaciones sectoriales europeas y sus marcos generales de actividad deberán prever un papel correspondiente de los Comités Económico-Sociales, dado que en otro caso existe un riesgo de ineficacia de tales acciones. Es necesario mejorar las relaciones entre las partes interesadas. Es cuestión de equilibrio.

¿Cómo son las relaciones entre Cisl y los CEE?

Cuando ya entablemos una relación entre el CEE, Cisl y Federaciones en un determinado sector, siempre obtenemos resultados positivos y comités que funcionan bien. Si falta el efecto de sinergia, las debilidades de los CEE se hacen evidentes. Existen aspectos a mejorar. Creo que las modificaciones en la directiva sobre los comités significa la apertura de un periodo de trabajos intensos que deberán terminar por el reconocimiento del derecho a las negociaciones colectivas supranacionales por parte de las instituciones europeas.

Es difícil imaginarse un guión semejante.

Pero esto ya ha ocurrido. En la época de Jacques Delors, en la segunda mitad de los 80. El presidente de la Comisión Europea de aquel entonces inauguró la fase de diálogo social en que se alcanzaron metas importantes. Fue un periodo muy fructífero en que la Federación Europea de Sindicatos y la Unión de Empresarios Europeos firmaron convenios que daban fundamentos para las primeras regulaciones laborales “europeas”. Estamos hablando aquí de un trabajo a tiempo determinado, de jornadas parciales, permisos de maternidad y paternidad… Los países de la UE debían incluir aquellas nuevas reglas en sus sistemas legislativos. Hoy debemos recuperar aquel ambiente junto con la idea de que al desarrollo económico deba acompañar el sistema de protección.