Aldo Cosenza
Historias de CEE

Aldo Cosenza – CEE Bticino, Fiom Cgil de Varese

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«La cosa más auténtica que recuerdo es la amistad. Una amistad que ha crecido con el tiempo, tras un periodo en el cual a la relación entre nosotros los delegados sindicales y componentes del CEE le costaba despegar. Los franceses no se fiaban. Seguimos así por dos, tres años: nosotros diciendo que queríamos extender los mismos derechos a todos los trabajadores, ellos con este miedo de ser aplastados. Lógicamente había un malentendido. Cuando se resolvió, nos encontramos todos juntos, mirando en la misma dirección. Éramos sinceros.» Aldo Cosenza, ex empleado de Bticino. Actualmente en movilidad. El CEE lo vio nacer. Precisamente en 1998 cuando entró a formar parte del comité, diez años después del ingreso de su empresa en el Grupo Legrand. Hacer sindicato a nivel europeo era como explorar un mundo desconocido. Había que luchar y sacar las uñas, si necesario. Construir unidad entre los delegados del comité de origen diferente fue un gran esfuerzo. Eran tiempos densos, ricos de novedades. Los varios países del Grupo empezaban a coordinar la producción, pero al mismo tiempo la tendencia a privilegiar las exigencias de la propia realidad nacional, que todavía hoy es bastante común, en esa época era predominante.

Por número de miembros en los comités, Italia venía justo después de Francia. Bticino ofrecía productos de calidad, tenía facturados altos y una buena organización del trabajo. «Los demás delegados nos percibían como competidores, pero nuestra única intención era la de compartir un punto de vista diferente, que pudiera ser útil para todos.» Lograrlo era importante. Sobre todo en una situación en la que el Grupo había comenzado a cerrar algunas de sus plantas. En Francia, en particular. «Legrand aumentaba su influencia a través de las adquisiciones, pero invertía poco en la investigación. Una política industrial que había que combatir para evitar la pérdida de puestos de trabajo.»

Fue esta concienciación que acercó a las personas. En el 2000 se firmó el primer acuerdo de reglamentación del CEE Legrand. Gradualmente nació una verdadera alianza entre los países mayormente representativos: Francia, Italia, España y Polonia. El intercambio de información se intensificó, se generaron relaciones. Siguieron nuevos acuerdos, más favorables a la representación sindical en el CEE. Aldo Cosenza se siente satisfecho con lo que ha contribuido a construir, pero está preocupado por el futuro. ¿Cómo se puede establecer una acción común si entre empleados del mismo Grupo existen diferencias de trato tan sensibles? ¿De qué podrán hablar un italiano y un húngaro, si el sueldo del primero es seis veces más alto que el del segundo?

«No es suficiente estar informados, dialogar, participar en las reuniones. Necesitamos un sindicato europeo capaz de negociar. Un organismo central que pueda elegir en nombre de todos, con el poder de afirmar condiciones iguales para los trabajadores de los diferentes países. Yo espero que lo logremos, pero es como hablar de Unión europea cuando falta una Europa. Nadie quiere ceder su soberanía. Y entonces pienso que nuestra esperanza se encuentra justamente allí: en el deseo de intentarlo.»

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