Dedalus and Arianna

Si realmente queremos actuar en el interés de los trabajadores, necesitamos comenzar desde la base. Echemos un vistazo a la aplicación de los contratos nacionales en las plantas de producción. A menudo se anulan y no se respeta la libertad sindical. Esta es mi propuesta: como CEEs podemos crear acuerdos marco para proteger la negociación y asegurarnos de que las empresas la respeten”.

Nuestro CEE es divertido. Hablamos español, a pesar de que Carrefour es francés. Por una serie de razones fortuitas, hemos adoptado esta lengua para comunicar entre delegados y tengo que decir que nos entendemos. Las relaciones con los colegas son muy relajadas. Sabemos que, a pesar de las diferencias que existen entre nosotros, lo que importa es alcanzar nuestros objetivos. A veces parece que avanzamos con pasos muy pequeños, interminables, pero si miro atrás me doy cuenta de cuántos resultados importantes hemos alcanzado en los últimos años”. Danilo D’Agostino es un tipo abierto, creativo, con una clara visión de lo que hay que hacer para mejorar la eficacia de un comité de empresa.

Por empezar, sus miembros deberían conocer bien los modelos de negociación presentes en los diferentes países. ¿Cuántos son los estados que tienen un salario mínimo? ¿Y cómo se manejan los períodos de enfermedad? Saberlo nos ayuda a ponernos en la situación de los demás y esto es lo fundamental en cualquier estrategia que quiera ser exitosa.

Empecemos por esto, antes de aventurarnos en el sendero de la negociación europea”. D’Agostino no tiene dudas al respecto. Empujarse en esta dirección puede ser un riesgo. Demasiados intereses contrastantes, demasiados CEEs parados en posiciones filo-empresariales. “Si realmente queremos promover los intereses de los trabajadores, necesitamos comenzar desde la base. Miremos cómo se aplican los contratos nacionales en las plantas de producción. A menudo se anulan y no se respeta la libertad sindical. Esta es mi propuesta: como CEE podemos crear acuerdos marco para proteger la negociación y asegurarnos de que las empresas la respeten. Necesitamos tejer una red de protección que contemple las exigencias concretas de las personas si queremos decidir nuestro futuro juntos”.

Por tanto necesitamos una formación que considere estas necesidades, pero también sobre el tema de la información D’Agostino tiene algunas sugerencias. Esta vez, dirigidas al comité del que forma arte. El problema no es la falta de datos, sino su exceso. Durante las reuniones periódicas con la empresa se facilitan más noticias de lo necesario. Algunas son inútiles. Nos llenan los ojos de humo, provocan dispersión de energías. Sería mejor seleccionar los datos e ir directo al núcleo de las cuestiones. Naturalmente, esto también sería una ventaja para la consulta.

D’Agostino recuerda un episodio de algunos años atrás. Un fondo de minoría de Carrefour empujaba para dividir los directivos en dos direcciones: una parte se ocuparía del mercado europeo, otra del mercado suramericano. “Pura especulación. Hubiéramos ido hacia el derrumbe. Antes de decidir, la dirección decidió encontrar el CEE. Al final escribimos una declaración conjunta rechazando la propuesta. En cierto sentido, habíamos quedado implicados en una negociación de tipo instrumental. Pero una cosa es segura: nuestro papel fue reconocido”.