Dedalus and Arianna

«Nos han explicado cómo organizar una lucha sindical basándonos en el modelo americano. Hemos entendido cómo piensa y cómo actúa una multinacional, hemos ampliado nuestras aspiraciones políticas. Creo que deberíamos intentar el camino de la negociación internacional. De hecho nada impide difundir la experiencia sindical en el Comité de Empresa.» En enero pasado Carlo Quaini participó en Roma en un curso de formación organizado por Filcams nacional con fondos europeos. Salió lleno de nuevos estímulos y perspectivas.

«Habría que actualizar la directiva, para poder elegir el cargo de delegado.» Ideas audaces, en parte formuladas reflexionando sobre los límites que ha encontrado a lo largo de su experiencia en el Comité. Quaini forma parte del así llamado Grupo de trabajo sindical europeo EC, una suerte de sub-comité de Rexroth, empresa adquirida por Bosch en el año 2000 y que tiene un Comité proprio que debería representar todas las sociedades que componen la multinacional. Por tanto, dentro del Grupo existe un doble canal de comunicación en el que a veces la circulación de la información se queda estancada. No porque la empresa no proporcione documentación clara, detallada y con suficiente antelación, sino porque los mismos delegados no apuntan lo suficiente a una comunicación unitaria de tipo transnacional.

«Si fuéramos elegidos, el cargo de la representación ganaría en importancia, lo cual colocaría a los Comités de Empresa en el fulcro de la actividad sindical. Los delegados se sentirían más involucrados y los trabajadores le sacarían ventaja. Sería un salto de calidad que convertiría los Comités en un eslabón fundamental del sistema del movimiento sindical europeo y del sistema de las relaciones industriales.»

Para Quaini, este cambio debería ir acompañado por una evolución de la mentalidad, que solo la formación puede garantizar. «Observando Italia, noto una inversión cuantiosa del sindicato en este ámbito.» Pero la formación es la que se hace en el campo, en ocasión de las reuniones anuales de los Comités, aprovechando los momentos más informales. Es allí, a través del contacto humano, donde se plasma la idea de Europa y de representación sindical. «Crear una red es trascendental – concluye Quaini. Hay que cultivar las relaciones, dialogar, estar presentes, difundir la información. Tenemos que estar preparados para no quedarnos atrás con los constantes cambios, tenemos que entender las razones y las contradicciones, y encontrar soluciones comunes.»